literature

UnderLate: Broken Fate. Capitulo 17

Deviation Actions

MuskyCat90's avatar
By
Published:
637 Views

Literature Text

El pitido de la máquina despertó a Alphys, dormida en su silla. Al alzar el rostro tenía un par de fideos pegados a la cara, mientras sonaba la música de su anime favorito a bajo volumen. Había estado trabajando día y noche en la muestra de alma de Frisk, tras alimentar a las amalgamas se había llevado el trabajo en casa. La ciencia era su pasión, así que, aunque se hubiera renunciado a su trabajo no se había podido resistir a crear un rincón para la ciencia en su escondida cabaña. Sans la había ayudado, preparando el trastero con chismes científicos, sin que ella tuviera que hacer nada que levantara sospechas sobre su paradero. Le debía mucho, Sans no había dicho nunca nada sobre su espantada de cobarde, aunque lo que más apreciaba era que él jamás la había mirado con reproche o vergüenza. Una que si sentía al dejar sola a Undyne en sus peores momentos.
Por eso se había exigido tener alguna respuesta lo antes posible, sin meter la pata. No podía permitírselo, no si estaba en juego la integridad de la humana. No la conocía más allá de aquella llamada y las imágenes de la cámara pero, haber seguido sus pasos y ver como trataba a todos, la intriga cuando Asgore se la había llevado y el alivio cuando volvió a verla junto a los dos hermanos, todo eso la hacía acercarse a ella. Y, si tuviera el valor suficiente, le gustaría presentarse, saber sus gustos, incluso ser su amiga… pero algo se lo impedía. Su miedo. Su maldito miedo a fracasar.
Alphys había tenido una idea inesperada sobre el alma drenada de Frisk. No sabía quién habría sido pero para almacenar su determinación, más siendo tan inestable, podía haber usado el recipiente con más probabilidades de éxito para la contención: el alma de un monstruo lo bastante fuerte para no derretirse. Y, si había sido así, ¿podía haber quedado algún resto de está alma? Alphys la había observado y, por suerte, descubrió que en la muestra había algo anómalo.
—Dime que significas, traza extraña –dijo a la máquina una vez le devolvió los datos—. Si, es parte del alma donde esta guardada la determinación robada, es muy oscura y… –Alphys se ajustó las gafas—. No…No tiene sentido. Esta alma es de un esqueleto. Pero solo conozco a Papyrus, que por lo que dijo Undyne sería incapaz de hacer daño a una mosca y Sans que… —Durante unos segundos dudó, si pusiera empeño, ¿quién le diría que no tendría la inteligencia y los conocimientos para hacerlo?—. No, no tiene sentido. No habría hecho esto si hubiera sido él. Da miedo, pero Sans es bueno. Entonces… ¿quién ha podido hacer esto? Y, ¿cuándo?
Todo era cada vez más raro, quizás un par de horas de sueño la ayudarían a despejarse la cabeza. Era tarde, tenía sentido consultarlo con la almohada. O esa era la idea hasta que la alarma de la cámara empezó a sonar. Era la de la puerta, la única con alarma, por si venía algún humano.
—¿Frisk? –dijo al verla junto a la puerta, sin compañía. ¿Qué hacía allí, sola? La imagen empezó a oscurecerse mientras Frisk abría la puerta y volvía a las ruinas. Alphys estaba segura que no era buena idea cuando, de repente una cara extraña y terrorífica tapó su cámara, haciendo que Alphys cayera de su silla—. ¡Aahh!  Esto es muy raro. Tengo...tengo que avisarla.
Todavía tenía su número, volvió a llamarla, pero no respondía. No tenía otra, dentro de las Ruinas estaba sola y estaba en peligro. Lo sabía. Debía hacer algo. No podía seguir escondiéndose. Y la puerta estaba muy cerca de su casa.
**
—Paps, apaga el teléfono.
—Nyeh…zzzz.
—¿Es que tengo que hacerlo todo? –El móvil dejó de sonar, pero Sans ya estaba desvelado. No tardaría en dormirse, pero quería asegurarse de que no volvería a despertarle el dichoso sonido del teléfono. Se estiró, estaba demasiado a gusto y la pereza le invadía. Con su mano buscó a su otra acompañante, ella estaba más cerca del teléfono y podía haberse despertado. Se alzó un poco, en busca de su silueta—. ¿Frisk?
Ella no estaba allí, a su lado vio la mesita de su hermano y, encima, el teléfono y los cascos azules de la chica. Pero no había rastro de ella. Sans se levantó, empezaba a estar inquieto. La parte más racional quería pensar que ella seguía allí, en el baño o en otra habitación. Esa era a la que estaba haciendo caso mientras caminaba, con la linterna de su hermano en la mano, hasta las otras estancias, porque la otra le iba a volver loco.
—Ey, ¿estás ahí? –Sans llamó a la puerta del baño, pero había oscuridad. Enfocó después hasta su habitación, también estaba vacía—. ¿Frisk, dónde estás?
Iba a bajar hasta la cocina y como no estuviera allí, iba a recorrer todo Snowdin si hacía falta en su busca. Entonces la puerta de la casa estuvo a punto de quebrarse con los golpes.
—¡Sans! –Reconoció la voz de Undyne—. ¡Papyrus! Por dios, abridme.
—¿Qué ocurre? –Las voces de la capitana, despertaron a Toriel y Asgore. Pronto lo haría también su hermano, Sans le daba igual, abrió la puerta. Undyne no estaba sola y la compañía le alertó más.
—Sans, debemos…
—¿Dónde está Frisk?
—¿Qué? Ella está con vosotros, ¿no? Asgore –Undyne vio al rey junto a Toriel—. ¿Cuándo...que ha…?
—¿Dónde está Frisk? –Napstablook entró en la casa, mientras Papyrus salía de la habitación, llamado por el jaleo—. Señora Toriel, yo no pude hacer nada para salvarles, cuando llegue ya estaba….oh, no…
—Te recuerdo, eres el fantasma amigo de Frisk. Pero no entiendo nada, ¿dónde está ella? No se ha podido ir de noche, estaba con vosotros.
—Esto tiene que estar relacionado –dijo Undyne, mirando a los reyes—. Altezas, Napstablook…ha visto un humano en las ruinas. Y no era amigable.
—¿Cómo de no amigable? –preguntó Sans. Undyne le miró, seria.
—Tanto como para llenar de polvo las ruinas. Si cruza la puerta, vamos a tener otra alma para la barrera…pero me has inquietado. He venido para que Napstablook se tranquilizara y viera a Frisk pero ahora soy yo la que está mal.
—Se ha ido –dijo Sans, mirando hacia los lados, por si seguía escondida—. No…se la han llevado. Ha dejado su móvil y sus cosas aquí.
—¿Qué? –dijo Papyrus, el más preocupado de todos—. Oh, no, estaba a mi lado y no me di cuenta. ¡Soy el peor guardaespaldas del mundo! Tengo que buscarla.
—Espero que no vaya a las ruinas, con el otro humano –dijo Asgore, preparando su tridente—. Tengo que estar seguro. ¿Podéis mirar en Snowdin o Waterfall?
—Es culpa mía, debía haber venido antes –dijo Napstablook, más para él mismo que para el resto—. Pero estaba tan asustado, cuando intentó matarme… y esa flor parecía tranquila.
—¿Qué flor? –dijo Sans, tomando la atención. Se acercó al fantasma, con su ojo azul parpadeando—. Una flor dorada que habla ¿Es esa?
—Sans, le estás asustando –Undyne se puso entre los dos, intentando evitar que su vecino desapareciese—. ¿Sabes algo que no sepamos? ¡Comparte tus pensamientos por una vez en tu vida, maldita sea!
—En esta línea…Flowey es un maldito yandere –dijo, haciendo que Undyne le mirara raro, aunque menos que el resto que no entendía la palabra—. No sé qué piensa pero no es bueno.
—Pero, ¿dónde está Frisk?
—La tuvo en las Ruinas estos siete años, solo para él. La querrá devolver a su lugar seguro.
—Está en peligro –dijo Toriel, asustada—. Con el nuevo humano, quién sabe qué le hará.
—Yo me encargo –dijo Sans antes de desaparecer. Y no mentía… era lo que hacía con los niños que se portaban mal.
**
Al teletransportarse, se quedó a escasos metros de la puerta. Tal como se imaginaba, estaba entreabierta, Frisk debía haber pasado. Si no era el otro humano el que había cruzado…no, Alphys lo sabría y le habría llamado. Si era tan peligroso, no iba a dejar  que otro llegara a Snowdin, ni a arriesgarse a que su alma fuera roja. Un ruido le asustó, iba a sacar la artillería cuando vio la piel amarilla de Alphys.
—¡Sans! ¿Qué haces aquí?
—Lo mismo digo –respondió Sans—. ¿Y esos papeles?
—Iba a dejártelos aquí antes de cruzar. Frisk lo ha hecho y…no intuyo nada bueno, Sans. ¿Qué diablos está pasando?
El esqueleto le robó los papeles a la científica, eran las pruebas de la otra noche. Examinó los papeles con rapidez, leyendo lo mismo que había hecho la doctora.
—¿Un...esqueleto? –Dijo al ver las pruebas de las trazas de alma—. Eso no es posible.
—Mientras me preparaba hice una prueba rápida contigo y con tu hermano y no coincide –Alphys ignoró la cara de “¿Cómo tienes pruebas de nuestras almas?” Y continuó—. Así que ha debido ser otro. Iba a preguntarte si conoces otro esqueleto capaz de drenar determinación cuando Frisk apareció en mi pantalla. Y algo extraño.
—¿Una flor? ¿Otro humano?
—No, eso era…peor. Tenemos que encontrarla, antes de que le pase nada malo. Voy contigo.
—¿Estás segura? Quien sabe lo que habrá ahí dentro.
—No voy a dejar que mis miedos me vuelva a paralizar –Alphys cogió la puerta y la abrió más—. Menos que Frisk pague por ellas. Vamos.
—Esa es la dinosaurio con la que me gusta trabajar –dijo Sans, siguiéndola a las ruinas.
**
Habían pasado unos días desde que había dejado atrás el sótano que la había llevado al submundo, pero parecía cambiado. Frisk sintió frio, oscuridad, como si no formara parte de la casa que había sido su hogar. Flowey no estaba por ninguna parte, creía que la esperaría en el límite del bosque pero no había sido así.
—¿Flowey? –le llamó, sin respuesta. Frisk comenzó a subir las escaleras—. Estoy aquí, ¿dónde estás?
La casa parecía más triste sin nadie por allí, ni el olor de la comida de Toriel en el ambiente. Pensó en mirar su habitación pero se sentía algo asustada al estar sola, ahí. Y es que el silencio no estaba solo en su casa, no oía al resto de los monstruos, empezaba a sospechar que pasaba algo. Pero no podía detenerse, Napsti la necesitaba, así que siguió avanzando. Al cruzar la puerta, se dio cuenta de que el lugar había cambiado. La hierba que crecía alrededor del camino que llevaba a casa estaba cubierta con un polvillo grisáceo, el silencio se mantenía. Entonces, salvando su cordura, escuchó una vibración familiar.
—¡Whimsun!
—¿Frisk? –El monstruo se acercó, realmente asustado a la chica—. Oh, Frisk, no es seguro que estés aquí. Te va a hacer daño.
—¿Quién? ¿Tiene a Napsti?
—Él huyo, como es un fantasma no puede morir con un ataque físico. Pero el resto –Whimsun empezó a sollozar—. Es una humana, como tú cuando llegaste aquí. Pero ella…ella es malvada. Los está matando a todos. Debes huir, Frisk.
—No puedo, Flowey me dijo que viniera y no sé donde está.
—La flor…Frisk, la flor está de su parte.
—¿Qué? –dijo Frisk—. No, no puede ser, Flowey no ayudaría a una asesina.
—Da media vuelta, tenemos que irnos. ¡Frisk!
Una especie de liana se había acercado a ellos, enroscándose en el tobillo de la chica. Tiró de ella antes de que se diera cuenta, arrastrándola hasta el árbol que estaba frente a su casa. Era curioso, pero cuando todo parecia marchitar, el árbol que había sido así siempre estaba espectacular, lleno de hojas verdes y flores sin abrir. Además de que, en sus raíces había un hueco, como si alguien hubiera quitado la tierra con las manos. Una vez estuvo a la altura, otras lianas la alzaron, pegándola con un brusco empujón a la madera, aprisionando sus manos por encima de su cuerpo.
—Frisk, no –Whimsun se quedó paralizado por el miedo.
—Co… corre.
—No quiero dejarte.
—Sal por el sótano de mi casa, hasta Snowdin. Avísalos. ¡Ah! –Las ramas de sus manos apretaron con fuerza, tirando de ella hacia arriba y dejándola sin base durante unos segundos, haciéndole daño—. ¡Ve!
—No irá a ninguna parte –Frente a ella apareció Flowey, con su sonrisa oscura—. No tiene fuerza para abrir la puerta. Siempre fuiste una ingenua, Frisk.
—Flowey, ¿por qué haces esto? Los monstruos están muriendo, tú no eres así.
—Es increíble, siete años y no me conoces. ¿Acaso no recuerdas como te recibí cuando llegaste de la superficie? ¿Mis queridos pétalos de la amistad que aceptaste como la idiota que eres? –Flowey guiñó un ojo—.  Dices que mi risa es siniestra y ¿piensas que no tengo maldad?
—Pero…ella…ella es tu amiga –dijo Whimsun, en un rincón, mirando con preocupación la escena.
—No lo es –la voz de Flowey cambió, llena esta vez de reproche hacia Frisk—. Me prometiste que no me abandonarías. Me mentiste.
—No lo hice.
—Te fuiste de nuestro hogar, aquí y ahora me quieres hacer creer que estás con esos estúpidos esqueletos en contra de tu voluntad. ¿Me tomas por tonto, Frisk? Me has cambiado por ellos.
—Eso no es cierto, Flowey. Que los quiera a ellos no significa que no te quiera a ti.Te he ocultado a todos porque es lo que deseabas, pero siempre quise llevarte a casa, que nos contásemos historias por la noche.
—Entonces, ¿Por qué no quieres volver conmigo, aquí?
—No lo necesitamos, Flowey. Este lugar, ha sido nuestro, pero no es una parte irremplazable. Quiero que vengas conmigo, al castillo.
—¿Cas…tillo?
—Asgore ha vuelto con mamá y me ha adoptado. Me ha dicho que quiere que vayamos al castillo con él, como una familia No quiero dejarte solo, aquí. Por favor, ven conmigo, déjame hablarles a todos de ti. Sé parte de mi vida, como antes.
Flowey se quedó estático mirando hacia Frisk. No sabía nada sobre eso, así que los Dreemur habían aceptado de nuevo a un humano en su familia. Como Chara, Frisk ahora era su hermana. Quizás no eran tan diferentes. Chara solo le quería a él pero Frisk…ella  ¿podría tener amor para todos?
—Asriel es mi mejor amigo. Pero has sido una buena sustituta.
—Esa voz –Frisk perdió el color de su piel. La había oído tantas veces cuando era pequeña…pero no la recordaba. No, ya no era así. Volvía a su mente, la misma escena, una y otra vez, repitiéndose, en diferentes líneas.
“Esto es peligroso, puedo ayudarte.”
“No vas a conseguirlo sola, déjame que te ayude.”
“Yo lucharé tus batallas, solo dame la oportunidad.”
“Undyne es muy fuerte. Morirás de nuevo. No puedes esquivarla.”
.
.
“Por fin aceptas mi ayuda. No te preocupes, no sentirás nada. Confía en mí. Confía en tu amiga Chara.”
—No... no puede ser.
—¿Frisk? –Whimsun quiso usar su poca valentía para ayudarla pero no vio los ojos rojos que tenía a su espalda, ni como el cuchillo lo atravesaba, convirtiéndolo en polvo delante de Frisk. Detrás de sus restos apareció la pequeña niña de suéter verde que estaba despertando unos recuerdos muy oscuros.
—¿Me recuerdas, Frisk? Hace tanto que no nos vemos. Soy yo, el demonio que aparece cuando me llaman.
Empieza a ponerse la cosa interesante de nuevo...poco dura aquí la tranquilidad, je je.

Dibujo del capítulo: faithcarroll90.deviantart.com/…
Anterior: faithcarroll90.deviantart.com/…
Siguiente: faithcarroll90.deviantart.com/…
Inicio: faithcarroll90.deviantart.com/…
© 2017 - 2024 MuskyCat90
Comments2
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
Xelipoops's avatar
yup. No pueden tener una maldita siesta entera, pobres  Cry forever